El tamaño de los lotes marca la diferencia. Parece que la tendencia a trabajar por lotes es inherente al ser humano; podemos comprobarlo en tareas sencillas del día a día.
Por ejemplo, si vamos ha hacer un zumo de naranja normalmente tomamos un “lote” de naranjas (ya sean 2, 8…), las cortamos por la mitad (procesamos el lote completo), y las exprimimos todas. Si nos quedamos cortos cogemos más naranjas; si nos hemos pasado guardamos lo que sobra.
Todos podemos sobrevivir felizmente haciendo zumos de naranja por lotes, pero veamos cual sería el proceso respetando el Principio de Flujo:
Tomamos 1 naranja, la cortamos, la exprimimos y volcamos el zumo sobre el recipiente.
Tomamos 1 naranja, la cortamos, la exprimimos…
Y así hasta completar el volumen de zumo necesario.
Inconvenientes de esta forma alternativa de preparar el desayuno:
- Antes transportábamos el lote de naranjas de una sola vez, ahora hay que ir a buscar una por una.
- Antes cogíamos el cuchillo y no lo soltábamos hasta terminar el lote; ahora hay cogerlo y soltarlo que hacerlo tantas veces como repitamos el proceso.
- Requiere que las operaciones se realicen con la misma cadencia. Supongamos que alguien nos ayuda y queremos trabajar en flujo de una pieza; si cortamos la naranja más rápido de lo que nuestro ayudante puede exprimirlas nos obligará a esperar, lo cual es desperdicio (MUDA) y tendremos la tentación de seguir cortando más naranjas generando stocks y sobreproducción, es decir, más desperdicio (MUDA). Por otra parte nuestro ayudante se encontrará sobrecargado (MURI), lo cual también debemos evitar.
Ventajas del flujo de una pieza:
- Ahorro de espacio: trabajando por lotes necesitamos espacio para “almacenar” temporalmente el lote completo a la entrada y salida de cada operación; trabajando en flujo de una pieza necesitamos espacio para una sola unidad.
- Facilita el control de los volúmenes de producción: siguiendo el ejemplo del lote de naranjas, una vez procesado, puede ocurrir que nos hayamos quedad cortos (cogemos un nuevo lote); o que nos hayamos pasado (guardamos lo que nos sobre). En el caso del flujo de una pieza será muy fácil ver en qué momento debemos parar, procesando exactamente lo justo.
- Prevención de defectos: si al procesar el producto detectamos un defecto, lo corregimos allá donde se produjo, será tarde para 1 producto irremediablemente defectuoso pero no nos encontraremos con todo un lote echado a perder (¿hemos metido la pata partiendo 1 pomelo o un lote completo de ellos?)
- Facilita la organización: Pongamos que el exprimidor es semiautomático, es decir, posicionamos la media naranja y él mismo la exprime. Si trabajamos por lotes tendremos que esperar a que acabe antes de meter la siguiente mitad (no tendremos otra cosa que hacer); mientras que trabajando en flujo de una pieza podemos continuar cogiendo y cortando la siguiente naranja, reduciéndose así el tiempo total necesario para el trabajo.
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